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Viajar con el paladar: la vuelta al mundo en 10 platos | #MiércolesViajeros

30/12/2020

De Suiza a Japón, pasando por Perú o Marruecos, seleccionamos diez propuestas gastro para saborear otros países.

Esta Navidad queremos que des la vuelta al mundo. Por eso, después de haberte propuesto viajes de película y vacaciones de cine, así como libros para viajeros, en estos últimos #MiércolesViajeros de 2020 te proponemos viajar con el paladar.


Viajar con el paladar: un placer para los sentidos


Viajar con el paladar es una de las maravillas que aguarda siempre que preparamos unas vacaciones. Porque cuando viajamos descubrimos nuevos paisajes, monumentos impresionantes, personas con otras culturas, colores, olores… y, por supuesto, sabores.


De algún modo, paladear un plato típico de otro país es transportarnos con los sentidos a ese lugar. Y si bien es cierto que muchos de los clásicos gastronómicos internacionales ya los hemos hecho nuestros (la pizza, los croissants, los rollitos primavera…), degustar menús de culturas más o menos lejanas es una forma de viajar por el mundo sin salir de casa.


En estos #MiércolesViajeros hemos seleccionado diez platos para viajar con los sentidos (especialmente el gusto y el olfato)... y muchos de ellos, clásicos en estas fechas navideñas.


1. La fondue, en Suiza


La fondue es uno de los platos navideños por antonomasia en Suiza. O, para ser más exactos, uno de los sabores del invierno, ya que se asocia a cenas junto al fuego en la montaña.


La fondue clásica es la Moitié-Moitié, que se elabora con los quesos helvéticos Le Gruyère AOP y Vacherin Fribourgeois AOP. Los suizos suelen ‘mojar’ en el queso pan blanco, carne o patatas cocidas. Para acompañar la fondue, recomiendan acompañarla con vino blanco, té negro suave o zumo de manzana.


2. El ratatouille, en Francia


Tras un plato contundente a base de queso, nada como uno de verduras para ‘bajar’ la ración de calorías. Y para ello viajamos de Suiza a la vecina Francia, en concreto a La Provenza, de donde es típico el ratatouille.


El ratatouille viene a ser lo que el pisto en España: un plato de verduras asadas (fundamentalmente berenjena, tomate, calabacín, cebolla y pimientos). Y la receta más famosa, que popularizó Disney en la película Ratatouille, realmente se inspira en un plato turco, el Imán Bayaldi. ¿La diferencia? La forma de cortar las verduras: en lugar de los tacos tradicionales en Francia, en la película (y en Turquía) se cortaban en forma de discos.


3. Las lentejas, en Italia


Un plato que consideramos tan clásico de la gastronomía española, las lentejas, es una propuesta gastro clásica el día de Nochevieja en Italia.


Si en España comemos uvas para dar la bienvenida con suerte al año nuevo, los italianos apuestan por las lentejas como símbolo para atraer fortuna. Parece ser que su riqueza en nutrientes es el símbolo de una vida larga y sana. A ello se suma que las lentejas recuerdan a las antiguas monedas de oro, lo que podría ser signo de riqueza y prosperidad.


Y, como complemento, los italianos llevan a rajatabla otra costumbre que la pandemia nos ha obligado a adoptar cada día de celebración: abrir puertas y ventanas para crear corriente. Así, además de evitar contagios, según la tradición se dejan salir los malos espíritus y los buenos tienen espacio para entrar en las casas.


4. El Kozunak, en Bulgaria


Habrá quien haya pensado que lo típico en la Navidad italiana es el panettone, así que para quienes ya estaban salivando con este dulce traemos un sabor viajero similar: el kozunak. Se trata de un pan de Navidad típico de Bulgaria (también lo toman en estas fechas en Rumanía o Albania) y tiene un sabor muy parecido a nuestro clásico Roscón de Reyes.


5. La cheesecake, en Estados Unidos


Y ya que hablamos de dulce, ¿qué tal si nos vamos a Estados Unidos en busca de un imprescindible? Aquí ya no nos ceñimos a la Navidad: la cheesecake es el postre por antonomasia marque lo que marque el calendario.


En realidad dicen los expertos que se trata de una receta que se remonta a la antigua Grecia, aunque los ingleses quisieron hacerla suya, porque apareció una versión de este postre en un libro de cocina inglés de 1390.


La cheesecake que conocemos es de finales del siglo XIX y proviene de un error: William Lawrence, fabricante de quesos de Nueva York, trataba de reproducir una variedad de queso francés cuando accidentalmente se le ocurrió una manera de hacer un queso más suave y cremoso, que es el ingrediente base del postre mundialmente famoso y asociado a la ciudad de los rascacielos.


6. Los tacos, en México


Bajamos un poco en el mapa para ir de Estados Unidos a México. Desde 2010 la comida mexicana está considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. ¿Las razones? Sus raíces milenarias, sus técnicas únicas de cocinado, su diversidad, su exotismo… y el hecho de que el sabor y el color de sus platos son una extensión del propio carácter del pueblo de México.


Del guacamole a las enchiladas, pasando por los tamales, son muy numerosos los ‘platillos’ con los que podríamos viajar al país azteca. Pero quizá el más clásico sean los tacos.


Se cree que este platillo se creó en el México prehispánico. Desde entonces ha evolucionado con una misma raíz: una tortilla de maíz que se enrolla con cualquier tipo de relleno.


7. El pisco sour, en Perú


Sí, podríamos haber elegido un ceviche. Pero a veces las comidas de Navidad y Año Nuevo son tan copiosas, que no viene mal un cóctel fresco para ayudar a bajarlas con buen sabor. Y quizá el pisco sour peruano sea uno de los cócteles americanos más famosos.


Perú y Chile se disputan la ‘nacionalidad’ de esta bebida. Pero parece bien documentado que el pisco ‘nació’ en 1920 en el Morris Bar de Lima. Lo que comenzó siendo un preparado con uva quebrantada destilada hoy también lleva clara de huevo, amargo de angostura y limón.


Y para los curiosos, una nota: el pisco sour tiene su propio Día Nacional, que se celebra cada primer sábado de febrero.


8. El Soan Papdi, en India


¿Un sabor navideño con un toque exótico? Lo tenemos: es el Soan Papdi, un plato típico de India que se asemeja a nuestro turrón pero que aporta el punto singular del cardamomo.


También se conoce como patisa y al sabor ‘turronero’ de las almendras suma el del pistacho.


9. El tajín de cordero, en Marruecos


Sí, otro plato clásico de nuestras Navidades es el cordero. Pero podemos transformarlo y convertirlo en un viaje por el paladar si lo hacemos al estilo marroquí.


Igual que sucede con nuestra paella, el tajín toma su nombre del recipiente donde se cocina, en este caso un dos piezas de barro.


Aromático y especiado, el tajín de cordero típico de Marruecos nos envuelve con esa atmósfera especial de los platos que se cocinan a fuego lento.


10. El sushi, en Japón


En esta vuelta al mundo gastronómica no podría faltar un bocado sano, delicioso y ya universal: el sushi.


Dicen que el sushi nació en China en el siglo II, como un método de conservación: se cocían tanto el arroz como el pescado y se dejaban fermentar… pero en un principio sólo se comía el pescado. No sería hasta seis siglos después cuando esta técnica llegase a Japón. Allí lo transformaron y empezaron a comer el arroz con el pescado. En el siglo XVII comienza a agregarse vinagre al arroz y el plato es ya más parecido a lo que conocemos hoy.


El sushi, como toda la cocina tradicional japonesa (conocida como washoku), forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco desde 2013. Se reconoce así un valor social y cultural que, precisamente, se pone de manifiesto especialmente en Año Nuevo, cuando los japoneses preparan manjares para dar la bienvenida a las divinidades del año entrante.



¿Por qué no pensar en 2021 como un año para comérselo? En BCD viajeros te ayudaremos a que puedas viajar con el paladar y con todos los sentidos. Porque tenemos a tu disposición las mejores experiencias viajeras, siempre con las garantías de seguridad de una agencia de vacaciones líder. Escríbenos a viajeros@bcdtravel.es y siente la diferencia de viajar con BCD.


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