Escapada a Toledo: una cita con la historia | #MiércolesViajeros
El parque temático Puy du Fou es uno de los grandes nuevos atractivos de la ciudad imperial
Una escapada a Toledo es un plan perfecto para desconectar en una escapada exprés en la que el tiempo se convierte en historia.
La ciudad de las tres culturas, donde cristianos, judíos y musulmanes convirtieron cada recodo en un tesoro, es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco desde 1986. Esta declaración es sólo un ejemplo de cómo Toledo es un destino perfecto para la típica escapada que, en cualquier época del año, permite a las almas viajeras desconectar de la rutina para conectar con experiencias únicas, culturales y, en suma, de vida.
Y, por si la historia que se encierra en cada piedra de la conocida como «ciudad de la tolerancia» no fuese suficiente, desde este 2021 los amantes de los viajes en el tiempo tienen como gran aliciente el parque temático Puy du Fou.
Escapada a Toledo: la historia vista desde Puy du Fou
Si bien Puy du Fou se inauguró en 2019 con el espectáculo El sueño de Toledo, ha sido en marzo de 2021 cuando la iniciativa ha adquirido su máximo esplendor, con la apertura del parque temático.
Esta propuesta de ocio va mucho más allá de lo que en España hemos conocido como ‘parque temático’ al uso. Porque no se trata de espectáculos únicos (que los hay). No se trata de grandes decorados (que los hay). Se trata de viajar por la historia rememorando momentos clave de nuestro pasado con una impresionante puesta en escena.
Pueblos de época como La Puebla Real (la villa franca de hombres libres levantada junto a la ciudad de Toledo) o El Askar Andalusí (el campamento del gran califa Abderramán III) permiten al visitante cruzar el túnel del tiempo para sentir que de verdad pasean por paisajes de hace siglos.
Y quizá el punto álgido de la visita lo ponen los espectáculos: Allende la mar océana nos permite sentir que estamos en alta mar para asistir al descubrimiento de América; A pluma y espada nos lleva por la grandeza literaria del Siglo de Oro (enfrentamientos entre autores incluidos); El último Cantar nos acerca a la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador; y en Cetrería de Reyes el protagonismo lo tienen las aves y el cielo en un espectáculo majestuoso que nos invita a descubrir la gran cetrería de alto vuelo de los califas árabes y la cetrería romano-visigoda que practicaban los príncipes cristianos.
El gran reclamo de Puy du Fou sigue siendo su espectáculo nocturno, El sueño de Toledo. Del reinado de Recaredo a las Navas de Tolosa, del descubrimiento de América a la llegada del ferrocarril, esta propuesta escénica de altos vuelos transporta a los espectadores a través de 1.500 años de historia representada por 200 actores y con unos espectaculares efectos especiales sobre un inmenso escenario de 5 hectáreas.
Toledo, un espectáculo de ciudad
Claro que, en Toledo, el espectáculo único, creado por la magia de la cultura a lo largo de los siglos, es la propia ciudad.
Un paseo desde la Puerta de Bisagra hasta la plaza de Zocodover, recorriendo la sinagoga de Santa María la Blanca o la impresionante envergadura del Alcázar, para cobijarse a la sombra de los muros llenos de historia de la catedral, no puede dejar atrás las huellas de El Greco, uno de los habitantes más ilustres de la ciudad de las tres culturas. Además del Museo del Greco, su obra se extiende por otros rincones toledanos, como la iglesia de Santo Tomé, donde luce, desafiando al tiempo, El entierro del conde de Orgaz.
Y otro espectáculo que encontramos en Toledo es la gastronomía. En el Cigarral del Ángel encontramos sabores que fusionan las tres culturas de la ciudad de la mano del chef Iván Cerdeño, galardonado con una estrella Michelin. Uno de sus grandes éxitos es algo tan sencillo como la croqueta de jamón, premiada como la Mejor Croqueta de Jamón Joselito del mundo en Madrid Fusión 2020.
Intramuros de la ciudad encontramos un sinfín de templos gastro. Quizá la calle Alfileritos sea una de las principales vías donde el paladar se solaza (con propuestas como la de Alfileritos 24), aunque no podemos olvidar grandes clásicos como Adolfo, La Ermitaña (con impresionantes vistas) o La Hacienda del Cardenal.
¿Y dónde alojarnos en Toledo? Si queremos historia, nada como el Parador Nacional de Toledo. Con inmejorables vistas a la ciudad imperial (y sí, se pueden disfrutar desde la piscina), su ambiente relajado y acogedor es una de las mejores propuestas para descansar entre retazos de cultura.
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