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Cómo cuidar la dieta en los viajes de negocio veraniegos

19/7/2019

Los viajes de negocios nos pueden hacer caer en comidas más calóricas o con mayor consumo de alcohol

La palabra «dieta» se suele asociar a «viajes de negocio» como los gastos derivados de manutención y alojamiento del trabajador cuando ha de desplazarse. Pero, cuando hablamos de verano, es casi imposible desprender esta palabra de su sentido nutricional: ¿quién no se preocupa especialmente por la alimentación con el calor y la cercanía de las vacaciones?

En BCD travel cuidamos del bienestar de nuestros viajeros, por eso hemos consultado con la nutricionista Belinda Alba, directora de los centros DietAlba, para conocer los aspectos esenciales que nos llevarán a alimentarnos mejor en los viajes corporativos de verano.


–¿Cuál es el principal riesgo que corremos cuando viajamos por negocios, en lo que a la alimentación y el cuidado de la salud se refiere?
 
–En los viajes de negocios hay dos riesgos importantes que son difíciles de evitar. Por una parte, en muchas ocasiones la limitación a la hora de elegir algo saludable, bien por la variedad o bien por estar condicionados por el entorno del grupo en el que se realizan las comidas y la forma en la que han sido cocinadas (habitualmente con más grasa y sal). Por otra parte, tenemos el consumo de alcohol que acompaña a estos eventos laborales, que incluso aunque no consumamos habitualmente parece que nos sentimos más obligados a hacerlo en este tipo de comidas o cenas.
 

–Los expertos repetís una y otra vez las claves para llevar una rutina nutritiva saludable pero, en el caso del viajero de negocios, que apenas tiene tiempo entre reuniones y desplazamientos, ¿hay alguna observación especial? 
  
–Hay cuatro claves importantes que son: primero, beber agua principalmente; segundo, no tomar postre o en todo caso probar una porción pequeña; tercero, evitar las harinas, sobre todo las más refinadas, en la medida de lo posible; y cuarto, no es necesario ni obligatorio tampoco hacer cinco comidas al día, sobre todo si no vamos a poder evitar que las principales sean copiosas, por lo tanto si no se tiene mucho hambre o si la opción a tomar no es saludable, no pasa nada por saltarse la media mañana y la media tarde.
 

 ¿Qué platos no suelen faltar en los menús del día que pueden convertirse en los grandes aliados del viajero corporativo?
 
–Aunque a veces pueda resultar un poco aburrido, si queremos dar prioridad a una alimentación más sana, en casi todos los menús podemos encontrar una ensalada o unas verduras a la plancha, o en este tiempo también los gazpachos son una excelente opción para empezar. Y de segundo, sin tener que ir al pollo a la plancha, es posible que en verano haya platos de pescados azules de temporada como el atún, las sardinas o el bonito, que a la plancha mantienen todo su sabor y nos aportan una buena ración de los famosos Omega 3, y si queremos algo menos calórico la sepia no es difícil de encontrar en muchos menús.
 
Si no somos muy amantes de los habitantes marinos y estamos aburridos del pollo, una alternativa sería una carne asada o a la plancha o cocinada con pocas salsas, que es el punto débil por donde se pueden colar los ingredientes menos adecuados.
 
Y si queremos tomar un plato único podemos pedir un arroz con verduras y, aunque en verano no son tan populares, a veces también podemos encontrar una ensalada de legumbres

 
 Los buffets del desayuno son una auténtica tentación nada más empezar la jornada. ¿Cómo sacarles partido nutricional?
 
–Aunque hay que desayunar para poder cargar las pilas por la mañana, las calorías que ingerimos no deben ser más del 20% o como mucho el 25% del total del día. En el desayuno, la recomendación sería una de estas tres opciones:
 
1. Café o té con leche y un bol de frutas con yogur y alguna proteína baja en grasa como el pavo o el jamón cocido que harán que tengamos menos hambre a lo largo de la mañana. Esta sería la opción ideal si estamos tratando de bajar algún kilito.
2. Si el peso no es un problema y no sabemos cuándo va a ser el siguiente avituallamiento, se podría añadir a lo anterior una tostada con tomate y aceite que, aunque va a aportar más calorías al desayuno, sigue siendo una opción muy saludable.
3. Otra alternativa sería avena con frutos secos y frutas deshidratadas mezclado con yogur o leche y una tostada con tortilla o revuelto si somos de los que nos levantamos con mucha hambre.
 
De lo que hay que tratar de huir es de cualquier tipo de bollería, aunque parezca casera, y de los cereales de desayuno procesados, e incluso de los zumos, que, aunque nos los hayan vendido como saludables, son una fuente de azúcares de absorción directa que en ningún caso sustituyen a la fruta.
 

 
–En el verano se acusa más la retención de líquidos, que aumenta con las horas sentados en el asiento de un avión, tren o vehículo. ¿Cómo hacerle frente?

–Para combatir la retención lo mejor es el agua y evitar las comidas saladas, declarar la guerra a los snacks que nos ofrecen o comida ultraprocesada que está cargada de sal y potenciadores del sabor –que también empeoran la retención de líquido– y sustituirlos por alguna fruta o si fuera posible un vaso de gazpacho o zumo de tomate ya que el tomate tiene un gran contenido de potasio y ayuda a compensar las sales.
 
Tratar de levantarse con cierta frecuencia y dar unos pasos o mover las piernas también ayuda y, en caso de que sea una retención muy importante, se puede ayudar con alguna infusión diurética pero sin abusar porque forzar la diuresis de manera artificial no es recomendable.

 
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